Gastronomía española

Hablar de gastronomía y de España son conceptos que van siempre de la mano. A nadie se le escapa que en España, otra cosa no, pero tenemos un gusto exquisito por la comida.

En todo tipo de encuestas, España siempre aparece como uno de los países donde mejor se come.

En este audiocurso vivo, es decir, al que iré añadiendo nuevos episodio poco a poco, hablamos de algunos de los platos más tradicionales de la gastronomía española.

Una manera muy interesante de adentrarse en la cultura y las costumbres de nuestro país.

Transcripciones

1. La tortilla de patatas

La tortilla de patatas es uno de los platos por excelencia de la gastronomía española. En principio, huevos, patatas y aceite. ¡No hay más!

Sin embargo, dicen que existen tantas tortillas como cocineros y cocineras. Y es que el resultado final de una tortilla de patata depende múltiples factores como:

  • la variedad de las patatas
  • la manera de cortarlas
  • el tipo de aceite
  • el tiempo que se doran o confitan
  • la frescura y calidad de los huevos
  • e, incluso, la manera de batirlos.

Además, por si todo esto fuera poco, debemos tener en cuenta:

  • la proporción entre patatas y huevos
  • las dimensiones de la sartén
  • el tiempo que se emplea en cuajarlas.

Dicho todo esto, en esta lección te voy a explicar cómo hacer una tortilla de patatas y no solo eso sino que, además, te voy a enseñar cómo hacer una tortilla de patatas.

Además, podrás conocer algunos errores típicos que debes evitar para hacer una buena tortilla de patatas.

Si quieres aprender más sobre la cultura y las costumbres españolas, esta lección te va a encantar.

¿Tortilla de patata o tortilla de patatas?

Cuestiones culinarias aparte, una duda bastante frecuente: tortilla de patata o tortilla de patatas, ¿cuál es la correcta?

Ambas formas son correctas, al igual que tortilla de papas o tortilla de papas. Usamos tortilla de patata en singular si pensamos en la patata como materia (es decir, sustantivo no contable) y tortilla de patatas si pensamos en cada uno de los tubérculos. Desde el s. XIX la variante plural es la más usada, aunque en singular goza de amplio uso igualmente.

Imágenes de varias tortillas de patatas.

Un poquito de historia sobre la tortilla de patatas

Antes de entrar en faena y ponernos definitivamente delante de los fogones vamos a hablar un poquito sobre los orígenes de la tortilla de patatas.

La verdad es que no se sabe con exactitud cuál es realmente el origen de la tortilla de patatas tal y como la conocemos hoy en día.

Algunas investigaciones sitúan su origen allá por el s. XIX en Navarra; otras cuestionan esta teoría localizando su procedencia en  Villanueva de la Serena, provincia de Badajoz en el siglo XVIII.

A pesar de que es bastante difícil conocer con certeza este dato, la primera receta escrita como tal apareció en 1935 gracias al cocinero y crítico gastronómico Teodoro Bardají Mas.

Amén de todo esto, lo que sí es cierto es que en cualquier buen local gastronómico que se precie, llámese bar, cafetería, restaurante…, no falta una tortilla de patata o tortilla española.

Igualmente, es un plato que, por su facilidad a la hora de elaborarlo, tampoco falta en los hogares españoles.

Es bastante común, hacer una parada a media media para tomar un buen pincho de tortilla con un café para recargar pilas.

Dice el dicho que «para gustos hay colores» aunque yo lo cambiaría por «para gustos hay tortillas». Es posible que la tortilla que te gusta a ti, no le guste a alguno de tus acompañantes.

Cómo hacer una tortilla de patatas

Elaboración de una tortilla de patatas

Ingredientes

A la hora de elegir los ingredientes, mi recomendación es que elijas siempre ingredientes de calidad. Es fundamental para hacer una buena tortilla de patatas tener productos de calidad.

  • 6 huevos
  • 600 g de patatas (unas 3 patatas)
  • 1 cebolla grande
  • Sal al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra

Estas son las cantidades aproximadas para una tortilla para entre 2 y 4 personas.

La proporción de patatas respecto a los huevos, más o menos, es de 1 huevo por cada 100 gramos de patata.

Primer paso: cortar y pochar las patatas y la cebolla

Pochando patatas en la sartén. Cebolla picada. Huevos semibatidos.

En primer lugar, pelamos y lavamos las patatas.

Importante secar las patatas para evitar que suelten mucha agua. Es recomendable utilizar patatas agrias que sueltan poca agua para la elaboración de la tortilla.

Cortamos las patatas en rodajas finas o rectángulos. Sea como sea, lo importante es que esté cortada al mismo tamaño para que, cuando esté en la sartén, se haga de manera homogénea.

Echamos un poco de aceite de oliva virgen extra en la sartén sin cubrir las patatas y las pochamos durante 10-15 minutos a fuego medio. En este punto, agregamos un poquito de sal a las patatas.

Pochar significa freír a fuego lento.

Debemos dejar que las patatas se confiten porque no hay nada peor que una tortilla con las patatas crudas.

En este paso, importante tener paciencia.

Una vez, pochadas las patatas, las retiramos a un escurridor para eliminar el sobrante de aceite y con el mismo aceite pochamos la cebolla bien picada. Aquí también añadimos un poquito de sal a la cebolla para que se haga más rápidamente.

Una vez tenemos las patatas y la cebolla pochadas las juntamos.

Segundo paso: mezclar con los huevos

Batimos en un bol los huevos y agregamos la mezcla de patatas y cebolla.

Comprobamos el punto de sal. El sabor que tenga la mezcla del bol será el sabor definitivo de nuestra tortilla, así que es importante comprobarlo.

Una buena tortilla sosa es una mala tortilla.

Mezclamos patatas, cebolla y huevos semibatidos y mientras se van mezclando, preparamos la sartén para el siguiente paso.

Tercer paso: cuajar la tortilla

Utilizamos el aceite sobrante del primer paso para añadirlo a la sartén y volcamos la mezcla.

Es importante controlar la temperatura de la sartén, unos 160º, y dejar que se vaya cuajando a fuego medio.

Conviene con una pala de madera ir dándole forma redonda por los bordes.

Una vez consideremos que la tortilla está bien hecha por la parte de abajo llega el momento más temido por muchas personas: darle la vuleta a la tortilla.

Para ello, utilizaremos un plato, sin mojar, que sea más grande que el diámetro de la sartén.

Se necesita un poquito de pulso, un buen juego de muñeca y confianza. ¡Seguro que lo consigues!

Al darle la vuelta, dejamos, de nuevo, que se vaya haciendo poco a poco como la otra parte.

Cuarto paso: servir la tortilla

Una vez terminamos de cuajar la tortilla, utilizamos de nuevo el plato y volcamos la tortilla sobre él. ¡Ya está! ¡Lista para servir y comer!

¿Con cebolla o sin cebolla?

No podría afirmar con rotundidad que la discusión sobre si una buena tortilla de patatas debe hacer con o sin cebolla alcance la categoría de debate nacional, pero casi.

Sobre este tema hay dos bandos bien diferenciados:

  1. Los que aman la tortilla con cebolla.
  2. Los que odian encontrar trocitos de cebolla dentro de la tortilla.

Así de simple.

La cebolla aporta un punto dulce a la tortilla y, además, si la patata no es muy buena ayuda a que la tortilla se mantenga más jugosa por más tiempo.

Personalmente, prefiero la tortilla sin cebolla.

Sin embargo, si la cebolla está bien picada, muy pequeñita y apenas se nota en el bocado, me da igual si lleva cebolla.

¿Tortilla de patatas jugosa o cuajada?

Al igual que con la cebolla, también existe división entre quiénes prefieren la tortilla muy jugosa o, por el contrario, muy cuajada.

Decimos que una tortilla está jugosa cuando dentro de la tortilla el huevo está poco hecho.

Y decimos que una tortilla está cuajada cuando está bien hecha por dentro.

Cómo hacer una tortilla de patatas más jugosa

Si utilizamos una sartén pequeña y honda, de manera que la tortilla tenga un grosor más grande.

Así, conseguiremos que la tortilla se haga menos por dentro, a no ser que la dejemos mucho tiempo haciéndose en la sartén.

Otra manera de hacer una tortilla de patatas muy jugosa es, una vez demos la vuelta a la tortilla subir el fuego de manera que se haga rápidamente por fuera y no cuaje por dentro.

Cómo hacer una tortilla de patatas cuajada

Si por el contrario quieres hacer una tortilla de patatas más cuajada, tan solo debes utilizar una sartén más plana y amplia (entre 22 y 25 centímetros) y dejar que la mezcla se haga bien a fuego medio.

Cómo dar la vuelta a la tortilla de patatas

Teniendo en cuenta que dar la vuelta a la tortilla es el momento más peliagudo del proceso voy a darte una serie de consejos para que consigas hacerlo con éxito.

1. Utiliza una sartén antiadherente

Es muy importante que la sartén sea de un material que evite que la tortilla se pegue.

2. Antes de darle la vuelta vete dándole forma con una espátula de madera por los bordes

De esta manera podrás ir comprobando que la tortilla no se está pegando y que cuando le vayas a dar la vuelta no tendrás problemas.

Dicho esto, es importante asegurarte antes de girar la tortilla que se ha desprendido completamente del fondo. Para ello te recomiendo que vayas separándola y dándole forma con una espátula de silicona o madera por los laterales, para ayudar a que se vaya despegando el huevo y así darle una forma más redondeada.

Además es aconsejable ir moviendo la sartén adelante y atrás, separándola un poco del fuego, hasta que comprobemos que el fondo se despega. Una vez veamos que nuestra tortilla se «desliza» por la sartén es el momento de voltearla.

3. Si compruebas que la tortilla se desliza por la sartén es buena señal

Puedes mover un poco la sartén separándola del fuego para comprobar que la tortilla se desliza sin problema. Si no se queda pegada, es buena señal.

4. Utiliza un plato de mayor diámetro que la sartén y no lo mojes

Aunque puedas pensar que si mojas el plato, la tortilla deslizará mejor, no lo hagas. Es un gran error. Lo único que conseguirás es aguar la tortilla.

Eso sí, utiliza siempre un plato llano de mayor diámetro que la sartén.

Al deslizar la tortilla de nuevo en la sartén hazlo poco a poco dejando que se deslice con cuidado.

Los 10 errores que pueden arruinar tu tortilla de patatas perfecta

Después de todo lo que has aprendido en esta lección ¡tu tortilla de patatas va a ser perfecta!

Bueno, pero por si acaso, te voy a contar algunos errores muy comunes que otras personas cometen cuando hacen una tortilla de patatas.

1. No utilizar ingredientes de buena calidad

En la cocina, la buena materia prima (productos con los que se cocina) es fundamental. Intenta siempre buscar los productos de mejor calidad.

Por ejemplo:

  • Los huevos cuanto más frescos, mejor.
  • Los huevos no deben estar fríos. Hay que sacarlos un rato antes de la nevera para que estén a temperatura ambiente.
  • La mejor patata es la agria, es decir, la que no suelta demasiada agua al freír. Sino, se deshace y termina convirtiéndose en un puré de patata.

2. Freír las patatas y escurrirlas mal

Las patatas no se fríen, se pochan y se doran un poquito.

Debemos echar un chorrito de aceite sobre la sartén sin llegar a cubrirlas del todo, dejando que poco a poco las patatas se vayan confitando y queden tiernas.

Este proceso, más o menos nos puede llevar entre 10 y 15 minutos con el fuego no demasiado fuerte.

Es muy importante cortar la patata lo más homogénea posible, es decir, en un tamaño similar para que se vaya haciendo igual.

Después, tras terminar este proceso, escurrir en una espumadera, pero sin llegar a eliminar totalmente la grasa, pues es importante que quede un poquito cuando la incorporemos al huevo batido.

3. No pochar bien la cebolla

Como te contaba anteriormente, la cebolla aporta un punto de melosidad que favorece la elaboración de la tortilla y, además, le da cierto dulzor a la patata y al huevo.

Si decidimos incorporar la cebolla en nuestra tortilla de patatas es importante que la pochemos bien. Es decir, confitar la patata, en primer lugar. Retirarla y con el mismo aceite que queda en la sartén introducir la cebolla y caramelizarla.

Después, unimos la patata previamente confitada y la cebolla pochada para mezclarla con los huevos en un bol.

4. Calcular mal las cantidades

Es importante calcular correctamente las cantidades de los ingredientes para evitar que la tortilla quede demasiado acuosa o, por el contrario, como una mazacote.

Debemos intentar que la tortilla quede perfectamente compensada.

5. Echar el huevo directamente sobre las patatas pochadas en la sartén

Echar el huevo directamente sobre las patatas cuando las estamos pochando en la sartén es un error de bulto.

Error de bulto es una expresión que utilizamos para decir que un error es demasiado grande.

A veces, para ganar tiempo hay personas que se saltan el paso de unir la patata, la cebolla y los huevos semibatidos en un bol para, posteriormente, remover bien la mezcla.

Si decidimos echar los huevos por encima sin más, no tendremos una tortilla de patatas, sino una especie de huevos rotos con patatas.

Para hacer una tortilla de patatas perfecta es importante volcar la mezcla en la sartén de manera homogénea.

6. No usar una sartén apropiada

Si hacíamos énfasis en el primer punto de la importancia de utilizar unos buenos ingredientes, no es menos importante el material para elaborarla, en este caso, la sartén.

La sartén ha de ser antiadherente para evitar que la tortilla se nos pegue.

Por otro lado, debemos tener en cuenta algunas cosas respecto al diámetro de la sartén:

  • Si utilizamos una sartén pequeña, la tortilla quedará más gordita y puede costarnos más tiempo que cuaje bien.
  • El tamaño perfecto está entre 22 y 25 centímetros de diámetro. De esta manera, nuestra tortilla tendrá centímetro y medio de grosor.

7. No comprobar la sal y elegir un aceite poco adecuado

Existen varios momentos en los que debemos agregar un poquito de sal:

  • cuando estamos pochando las patatas.
  • cuando echamos la cebolla para extraer el agua y necesitemos menos tiempo.
  • cuando tenemos la mezcla de patatas, cebolla y huevos en el bol.

Es en ese momento cuando debemos comprobar que el punto de sal está correcto. El sabor del contenido de ese bol será el sabor definitivo de nuestra tortilla de patatas.

Ese es el momento para agregar un poquito más de sal si detectamos que está sosa.

8. No controlar la temperatura del cuajado en la sartén

Una vez tenemos la mezcla en el bol a punto, añadimos un poco de aceite que hemos usado para pochar las patatas en la sartén y volcamos la mezcla.

El aceite debe estar a unos 160º y durante la elaboración el fuego ha de ser medio y moderado, para que la mezcla se vaya cuajando poco a poco.

9. Darle la vuelta a la tortilla sin tener cuidado

Llega uno de los momentos culminantes y que más pánico desata entre los principiantes: El giro de la tortilla.

Existen personas que le dan la vuelta a la tortilla volteándola en el aire. Pero, bueno, dejemos eso para los profesionales.

Nosotros, que somos más precavidos, vamos a darle la vuelta con un plato. Existen sartenes específicas para hacer tortillas que vienen con el plato incorporado para darle la vuelta. Sin embargo, con un plato que supere el diámetro de la sartén nos vale.

Un error muy típico es mojar el plato. Nunca debemos hacerlo. Hay personas que lo hacen pensando que la tortilla deslizará mejor si el plato está mojado. Así lo único que conseguimos en aguar la tortilla.

10. Dejarla demasiado cruda o que nos quede demasiado hecha

Es muy importante respetar los tiempos de la tortilla y dejar que se haga lo suficiente para que no esté poco hecha o cruda.

Sin embargo, también deberemos controlar que no esté demasiado hecha o sobrecocida porque el resultado será fatal.

Para evitar esto último debemos hacerla a fuego medio dejando que se vaya haciendo poco a poco, porque si lo hacemos con un fuego demasiado fuerte corremos el riesgo de quemarla.

2. El chocolate con churros

El chocolate con churros es un plato típico de la gastronomía española cuyo origen se remonta al s. XIX. Es un básico que no puedes dejar de probar si vienes a España.

En esta lección sobre cultura española te voy a contar cuál es su origen, voy a hablarte un poco sobre la historia más reciente del chocolate con churros, así como algunas de las costumbres que hay detrás de esta comida. Por supuesto, voy a contarte cosas más prácticas como, por ejemplo, cómo se sirven o cómo, cuándo y dónde se comen. Ah, y ¡cómo no!, cómo se hacen.

Si quieres aprender más sobre la cultura y las costumbres españolas, esta lección te va a encantar.

Qué es el chocolate con churros

Como te decía anteriormente, el chocolate con churros es una comida típica de España. Por un lado, la bebida fundiendo chocolate negro con leche y, por otro lado, una masa frita de harina de trigo con azúcar, ¡mucho azúcar!

El origen

Pese a la fama que tienen los churros en España, se cree que el origen está en China donde utilizaban unas tiras de masa frita dorada y salada que se comía tradicionalmente en el desayuno y que se llamaba youtiao.

La traducción al castellano de youtiao es “demonio frito en aceite”. Se servía originalmente en pares, que simbolizaban a Qin Hui, funcionario de la dinastía Song, y a su esposa, los “demonios” responsables del fallecimiento de un respetado general.

En algún momento de la historia, probablemente tras la visita a China de mercaderes portugueses o españoles, este manjar desembarcó en la Península Ibérica. En un principio fue un plato típico de gente pobre y sobretodo de pastores. De hecho, el nombre “churro” proviene de la oveja churra, por el supuesto parecido de este con sus cuernos.

Fueron los pastores españoles quienes popularizaron este alimento. Trabajaban durante largas temporadas aislados en las montañas y como no tenían acceso a pan fresco utilizaron la idea del youtiao para crear un alimento parecido usando solamente harina, agua, aceite y una hoguera.

Mientras tanto, en los pueblos de España hubo un momento en el que el churro pasó a convertirse de comida de pastores a manjar real.

Posteriormente, tras el descubrimiento de América, los conquistadores traían de allá grandes cantidades de cacao y azúcar. De esa manera la sal fue eliminada pasando a utilizar azúcar y chocolate convirtiendo así un plato típico salado en uno dulce.

Historia más reciente del chocolate con churros

El chocolate con churros, probablemente, se popularizó en los alrededores de Madrid en las ferias ambulantes. Sobre todo, por su bajo coste. En aquel entonces se llamaba al chocolate con churros, también, fruta de sartén. La verdad es que yo nunca he oído ese término.

A partir de aquí el churro fue evolucionando según cada región. Los más famosos son los churros madrileños por su particular forma enlazada y dejando la típica forma de un simple palo.

No sé sabe con exactitud cuándo los churros y el chocolate se convirtieron en pareja para pasar a formar parte de la gastronomía típica de España, pero seguro que fue fruto de la sabiduría popular que, de forma espontánea, realizaron esta curiosa mezcla.

Imágenes del chocolate con churros. Elaboración de los churros.

Costumbres

Comer chocolate con churros es un acto puramente social. Desayunar chocolate con churros es una oportunidad perfecta para compartir mesa con otras personas y hablar. Yo recuerdo cuando era pequeño desayunarlos algunos domingos con mi familia o en ocasiones especiales.

Además, si decides merendar chocolate con churros, suele ser algo planeado con otras personas.

Tradicionalmente, eran los trabajadores los que, desde bien temprano (5:00 o 6:00 de la mañana), desayunaban chocolate con churros.

Hoy en día, es bastante habitual que los jóvenes alarguen la fiesta hasta el amanecer y desayunen chocolate con churros después de una larga noche de fiesta. Sobre todo, en fiestas locales u ocasiones más especiales como, por ejemplo, Nochevieja.

Cómo se sirven

El chocolate con churros se sirve caliente. Es un plato caliente para entrar en calor.

El chocolate se sirve, generalmente, entre los 75 ºC y 80 ºC. Para los más puritanos en una tacita de porcelana, pero os puedo asegurar que entran igual de bien incluso en un vaso de plástico y, por supuesto, en cualquier tipo de recipiente o contenedor.

En el norte de España, donde yo vivo, los churros suelen comerse recién hechos, muy calientes y, normalmente, se acompañan de un sobre monodosis de azúcar para espolvorear por encima. Sin embargo, en el sur de España, en ocasiones se comen fríos. He de decirte que los churros fríos también tienen su encanto.

Además, se sirven en medias docenas y docenas enteras. Aunque, en algunos sitios también he visto 8. Supongo que depende un poco de cada lugar y del tamaño. Pero normalmente, se pide media docena o una docena.

Si los comes recién hechos, algo que es recomendable aunque no imprescindible es el vasito de agua fría para quitar la sed o por si te quemas la lengua. ¡Están muy calientes!

Cómo se comen

Supongo que te parecerá un poco estúpido que te explique esto, pero, simplemente, coges un churro y lo mojas en el chocolate.

Lo que sí es interesante es que, normalmente, suele sobrar casi toda la taza de chocolate por lo que es muy común, una vez terminados los churros, beberte el chocolate solo.

No tiene más. Sencillo, ¿no?

Cuándo se comen

Como te decía anteriormente, el desayuno o la merienda es el momento más común para tomar el chocolate con churros. No conozco a nadie que los coma en la comida o en la cena, pero ¡cosas más raras se vieron!

Personalmente, no basaría mi dieta en la ingesta habitual de chocolate con churros. Un churro simple contiene unas 115 calorías. Por otra parte, si deseas acompañarlo con un chocolate caliente, este te dará un aporte de 190 calorías, si lo haces con leche entera.

Dónde se comen

El chocolate con churros tiene su propio local: la churrería. Desde luego que cada persona puede decorar su local como quiera, pero las churrerías más tradicionales tienen mesas de mármol.

En algunas churrerías de Madrid, debido a la gran afluencia de personas, es bastante habitual compartir mesa con personas que no conoces.

Otro lugar tradicional para comprar chocolate con churros son los puestos callejeros.

Cómo se hace el chocolate con churros

Por un lado hacemos el chocolate y, por otro, los churros.

Lo ideal es tener una churrera. En Amazon las puedes encontrar por poco más de 10 euros. Sin embargo, como te decía anteriormente, no creo que comer chocolate con churros habitualmente sea buena idea para tener una dieta equilibrada. Así que no sé hasta qué punto merece la pena tener una churrera en casa. No soy de los que le gusta tener mil cosas en la cocina.

Cada churrería tiene su propio estilo a la hora de hacer el chocolate con churros. En algunos sitios se hacen alargados, en otros doblados, acanalados, friendo más o menos la masa, con o sin azúcar espolvoreado, etc. Todo es cuestión de los gustos del propietario y de los comensales que asisten frecuentemente a ellas. Por regla general, se prepara el churro en el momento de ser solicitado, esto hace que esté crujiente.

La porra

Como curiosidad, en algunos lugares, en vez de churros puedes encontrar lo que se llaman porras. Digamos que es el hermano mayor del churro.

El café con churros

Algunas personas, bien porque no les gusta el chocolate o prefieren acompañar los churros con otras cosas, lo toman con café. Es bastante habitual encontrar en algunas cafeterías “café con churros” como parte del desayuno.

La chocolatería más famosa del mundo

Sí, ya sé que te he dicho que los churros, por lo general, se venden en las churrerías. Sin embargo, uno de los lugares más famosos de España para comer churros es la chocolatería de San Ginés.

Es tal su fama que han abierto locales en otros países como Japón, China, Colombia o México.

Este negocio cuenta con más de un siglo de andadura a sus espaldas. ¡Se inauguró en 1894!

Para que te hagas una idea de lo importante que es la tradición de comer churros en Nochevieja, la chocolatería de San Ginés llega a servir durante esa noche/madrugada más de 15.000 raciones de churros. Increíble, ¿no?

Notas de la lección

A continuación, te explico algunas de las expresiones o estructuras gramaticales que se utilizan durante la lección.

Diferencia entre «coste» y «costo»

Una pregunta bastante habitual de mis estudiantes: ¿Coste o costo? ¿Qué diferencia hay? ¿Cuál se utiliza? ¿Para qué?

Coste y costo son, básicamente, lo mismo: cantidad que se da o se paga por algo.

Habitualmente, coste es más utilizado en España. Sin embargo, costo es más utilizado en países de Latinoamérica.

En la universidad, cuando estudiaba Administración y Dirección de Empresas, yo aprendí dos términos en los que se usa la palabra “coste”:

  • coste de producción: los gastos necesarios para producir bienes y servicios.
  • coste marginal: el aumento de los costes de producción al incrementar una unidad la cantidad producida.

Además, como curiosidad, la palabra costo, al menos en España, tiene otro significado: hachís. Sí, la droga.

Otra expresión muy común, comprar algo a precio de coste, lo que significa que no se añade al precio nada más que los costes de producción.

Perífrasis modal «haber de + infinitivo»

El verbo haber es el auxiliar que se utiliza para conjugar otros verbos en los tiempos compuestos y que usado con infinitivo denota deberconveniencia o necesidad de realizar lo expresado por dicho infinitivo.

Ejemplos:

«He de volver a casa»

«Has de saber que esto no es para siempre»

A efectos prácticos, esta perífrasis se podría sustituir por el verbo tener:

«Tengo que volver a casa»

«Tienes que saber que esto no es para siempre»